La visión que se tiene ahora de la cultura desde la institucionalidad, después del Golpe de Estado el 28 de junio de 2009 cuando personas, organizaciones, instituciones gubernamentales, medios de comunicación, patrimonio cultural se volvieron vulnerables ante la ignorancia no solamente de quien usurpa el cargo del Dr. Rodolfo Pastor Fasquelle en la Secretaría de Cultura, Artes y Deportes, sino de quiénes enviaron a Myrna Castro a ocupar dicho cargo, forma parte del pensamiento ultraderechista el ver la cultura como una mera manifestación folklórica destinada a ser una mercancía más. Es incompresible, para el régimen de facto, entenderla como sistema cultural, comprenderla en sus dos aspectos el material y el espiritual.
Características de las dictaduras de los años setentas en América Latina fue el atropellamiento que sufrieron artistas y escritores, igualmente sucedió con proyectos e instituciones de investigación científica; ahora tienen en la mira el Instituto Hondureño de Antropología e Historia.
En casos como el que estamos viviendo la cultura se convierte en un proyecto ideológico alejado de la realidad social, tanto rural como urbana por lo que la diversidad cultural, la cultura popular, todo el patrimonio cultural material e inmaterial se encuentran en grave peligro de desvalorización, división y desaparecimiento para integrarse o someterse a la cultura que impone la clase dominante y en este caso retrógrada.
Este control sobre la cultura es una capacidad de decisión sobre los elementos que la conforman: materiales, intelectuales, de organización, simbólicos, espaciales, religiosos, valores, reglamentación jurídica, etc., por lo tanto también de la historia misma, porque la cultura en sí tiene un propósito social. El control puede darse en su totalidad o por medio de un proceso, que a todas luces ha comenzado en Honduras con el Golpe de Estado. La imposición de una cultura venida de un poder dictatorial socaba las bases de la nacionalidad verdadera por un falsa creada y divulgada a través de los medios de comunicación, que a excepción de los años ochenta, hoy se encuentran totalmente aliados al gobierno de facto y al poder militar para mentir la realidad.
Con una visión diferente, la ultraderecha y su “cultura” representa sus propios intereses, es una cultura inventada que permite la explotación de los pueblos y tiene sus propias voces que bendicen a los que pregonan que la literatura de autores y autoras nacionales es subversiva y hay que quemarla, sacarla de las bibliotecas públicas, pero también hay aquellas o aquellos que guardan silencio y los hace cómplices de esta barbarie.
La otra, la cultura diversa, intelectual, popular, progresista representa una amenaza a la hegemonía, presupone un proceso de cambio. Ésta puede convertirse en elemento de liberación, en elemento de lucha, elemento de resistencia.
Antes del Golpe de Estado la cultura de los grupos étnicos, se encontraba en una reafirmación de su identidad en diferentes aspectos y tomando fuerza su representatividad ante el Estado que de una u otra manera les había escuchado, se estaban reforzando las identidades locales. La Secretaría de Cultura, Artes y Deportes-SCAD impulsaba un proceso de democratización y descentralización económica-institucional de la cultura con la creación de los Consejos Regionales de Cultura, a través de los cuales se pretendía fortalecer con recursos económicos la cultura local y regional, principalmente las manifestaciones culturales populares, además de potenciar la creación y la producción cultural.
Asimismo democratizar la cultura a través de los Centros de Desarrollo Artístico Popular (CEDAPS), la organización de más bibliotecas públicas en los municipios más pobres del país y cárceles penitenciarias; promoción de la lectura, organización de Casas de la Cultura, incremento de publicaciones a través de la Editorial Cultura, apoyo a creadores, respeto y apoyo a la diversidad cultural, rescate de espacios físicos para la cultura, creación de la cinemateca nacional como archivo depositario del patrimonio fílmico y audiovisual producido en el país, programas culturales en Radio Nacional de Honduras, hoy tomada por el gobierno de facto. Impulsando una estrategia para la preservación, administración y difusión del patrimonio documental de la Nación conjuntamente con el Instituto Hondureño de Antropología e Historia.
En cuanto a materia de legislación se entregaron al Congreso Nacional la Ley de Fomento a la Cultura y las Artes, Ley General de Archivos en la cual la SCAD y el IHAH participaron ampliamente en la propuesta, que había sido presentada desde el mismo Congreso Nacional; se dotó de personerías jurídicas a los Consejos Regionales de Cultura y varias asociaciones culturales locales a nivel nacional. Con el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina, España y Portugal CERLALC comenzábamos a organizar ideas para una ley de las bibliotecas, el libro y la lectura y para un plan nacional de lectura. Procesos que hoy han sido paralizados completamente. La cultura nacional, presa de la dinámica histórica, queda sujeta a un voluntarismo político retrógrado.
Según la Constitución de la República en sus Artículos 172 y 173 expresa que el Estado es el protector de la riqueza cultural del país en todos sus ámbitos y en la Ley para la Protección del Patrimonio Cultural de Nación Decreto 220-97 en su CAPÍTULO VII DE LA RESPONSABILIDAD EN LA EJECUCIÓN DE ESTA LEY Artículo 28, establece que la ejecución responsable de esta ley estará a cargo de la Secretaría de Cultura, Artes y Deportes y el Instituto Hondureño de Antropología e Historia; por lo tanto además de violar la Constitución de la República en materia cultural, también se está violando la Ley para la Protección del Patrimonio Cultural de Nación y todas las convenciones internacionales suscritas por Honduras ante la UNESCO relacionadas con la cultura, esta violación va desde el nombramiento de Myrna Castro —de ignorado curriculum en materia científica, artística o literaria—, ante las cámaras televisivas del mundo, evidenció que nunca en su vida ha abierto un libro: condenó como subversivas obras fundamentales del acervo literario del país. (Delitos de Lesacultura: Helen Umaña: 2009).
Despido del Viceministro de Cultura Salvador Suazo miembro de la etnia garífuna y encargado en la SCAD de emprender proyectos en materia de diversidad cultural. Acto que se convierte en violación de los derechos de los pueblos indígenas y afrodescendientes a ser partícipes de los procesos de democratización. Despido ilegal de personal técnico en Direcciones estratégicas de la Secretaría de Cultura como la Dirección General del Libro y el Documento (Rebeca Becerra-Directora General, Nathalie Roque- Directora de la Hemeroteca Nacional), Dirección de Planeamiento y Evaluación-(Isadora Paz-Directora General). Cancelación de la participación de Honduras como país invitado al Festival del Caribe: Fiesta del Fuego en Santiago de Cuba, donde habría una representación de 200 personas incluyendo grupos étnicos, cultura popular, artistas y escritores. Declaración de Myrna Castro a la prensa internacional que las 136 bibliotecas públicas que integran la Red Nacional de Bibliotecas Públicas dependencia de la Dirección General del Libro y el Documento han sido financiadas con fondos del ALBA y que son foco de diseminación del pensamiento socialista o comunista.
Hasta acciones para militarizar la Antigua Casa Presidencial, monumento de patrimonio nacional con el fin de montar un centro de operaciones para los reservistas en caso de guerra civil; edificio donde actualmente funciona el Centro Documental de Investigación Histórica de Honduras conformado por el Archivo Nacional de Honduras (Dependencia de la Dirección General del Libro y El Documento), la Biblioteca Especializa y el Archivo Etnohistórico del Instituto Hondureño de Antropología e Historia. Se han obstaculizado todos los proyectos destinando los fondos para la contratación de activistas políticos carentes de conocimiento sobre la labor que desempeñaba la Secretaría de Cultura. Cancelación de las campañas de promoción a la lectura a través del proyecto del Bibliobús. Cancelación de la organización de 6 bibliotecas públicas en diferentes departamentos del país. Cancelación de las publicaciones de la Editorial Cultura. El último paso canallesco es el Despido ilegal del Dr. Dario Euraque-Gerente del Instituto Hondureño de Antropología e Historia-IHAH.
Si el Golpe de Estado no se revierte en un tiempo estimado permitirá socavar las instituciones culturales y los generadores de cultura, confiamos que la enculturación en nuestros pueblos étnicos y la cultura popular encuentre la fuerza necesaria para sobrevivir ante este proceso que cada día se agudiza más. La cultura hondureña siempre ha estado agraviada por los procesos invasivos, políticos, económicos e ideológicos; ha sufrido la fatalidad que ha sufrido nuestra historia.
Pueden echar mano de la institucionalidad de la cultura pero jamás de la actividad creativa de los y las artistas: la actitud de pensar y de soñar, armas peligrosas para la dictadura.
Rebeca Becerra, poeta hondureña.
Características de las dictaduras de los años setentas en América Latina fue el atropellamiento que sufrieron artistas y escritores, igualmente sucedió con proyectos e instituciones de investigación científica; ahora tienen en la mira el Instituto Hondureño de Antropología e Historia.
En casos como el que estamos viviendo la cultura se convierte en un proyecto ideológico alejado de la realidad social, tanto rural como urbana por lo que la diversidad cultural, la cultura popular, todo el patrimonio cultural material e inmaterial se encuentran en grave peligro de desvalorización, división y desaparecimiento para integrarse o someterse a la cultura que impone la clase dominante y en este caso retrógrada.
Este control sobre la cultura es una capacidad de decisión sobre los elementos que la conforman: materiales, intelectuales, de organización, simbólicos, espaciales, religiosos, valores, reglamentación jurídica, etc., por lo tanto también de la historia misma, porque la cultura en sí tiene un propósito social. El control puede darse en su totalidad o por medio de un proceso, que a todas luces ha comenzado en Honduras con el Golpe de Estado. La imposición de una cultura venida de un poder dictatorial socaba las bases de la nacionalidad verdadera por un falsa creada y divulgada a través de los medios de comunicación, que a excepción de los años ochenta, hoy se encuentran totalmente aliados al gobierno de facto y al poder militar para mentir la realidad.
Con una visión diferente, la ultraderecha y su “cultura” representa sus propios intereses, es una cultura inventada que permite la explotación de los pueblos y tiene sus propias voces que bendicen a los que pregonan que la literatura de autores y autoras nacionales es subversiva y hay que quemarla, sacarla de las bibliotecas públicas, pero también hay aquellas o aquellos que guardan silencio y los hace cómplices de esta barbarie.
La otra, la cultura diversa, intelectual, popular, progresista representa una amenaza a la hegemonía, presupone un proceso de cambio. Ésta puede convertirse en elemento de liberación, en elemento de lucha, elemento de resistencia.
Antes del Golpe de Estado la cultura de los grupos étnicos, se encontraba en una reafirmación de su identidad en diferentes aspectos y tomando fuerza su representatividad ante el Estado que de una u otra manera les había escuchado, se estaban reforzando las identidades locales. La Secretaría de Cultura, Artes y Deportes-SCAD impulsaba un proceso de democratización y descentralización económica-institucional de la cultura con la creación de los Consejos Regionales de Cultura, a través de los cuales se pretendía fortalecer con recursos económicos la cultura local y regional, principalmente las manifestaciones culturales populares, además de potenciar la creación y la producción cultural.
Asimismo democratizar la cultura a través de los Centros de Desarrollo Artístico Popular (CEDAPS), la organización de más bibliotecas públicas en los municipios más pobres del país y cárceles penitenciarias; promoción de la lectura, organización de Casas de la Cultura, incremento de publicaciones a través de la Editorial Cultura, apoyo a creadores, respeto y apoyo a la diversidad cultural, rescate de espacios físicos para la cultura, creación de la cinemateca nacional como archivo depositario del patrimonio fílmico y audiovisual producido en el país, programas culturales en Radio Nacional de Honduras, hoy tomada por el gobierno de facto. Impulsando una estrategia para la preservación, administración y difusión del patrimonio documental de la Nación conjuntamente con el Instituto Hondureño de Antropología e Historia.
En cuanto a materia de legislación se entregaron al Congreso Nacional la Ley de Fomento a la Cultura y las Artes, Ley General de Archivos en la cual la SCAD y el IHAH participaron ampliamente en la propuesta, que había sido presentada desde el mismo Congreso Nacional; se dotó de personerías jurídicas a los Consejos Regionales de Cultura y varias asociaciones culturales locales a nivel nacional. Con el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina, España y Portugal CERLALC comenzábamos a organizar ideas para una ley de las bibliotecas, el libro y la lectura y para un plan nacional de lectura. Procesos que hoy han sido paralizados completamente. La cultura nacional, presa de la dinámica histórica, queda sujeta a un voluntarismo político retrógrado.
Según la Constitución de la República en sus Artículos 172 y 173 expresa que el Estado es el protector de la riqueza cultural del país en todos sus ámbitos y en la Ley para la Protección del Patrimonio Cultural de Nación Decreto 220-97 en su CAPÍTULO VII DE LA RESPONSABILIDAD EN LA EJECUCIÓN DE ESTA LEY Artículo 28, establece que la ejecución responsable de esta ley estará a cargo de la Secretaría de Cultura, Artes y Deportes y el Instituto Hondureño de Antropología e Historia; por lo tanto además de violar la Constitución de la República en materia cultural, también se está violando la Ley para la Protección del Patrimonio Cultural de Nación y todas las convenciones internacionales suscritas por Honduras ante la UNESCO relacionadas con la cultura, esta violación va desde el nombramiento de Myrna Castro —de ignorado curriculum en materia científica, artística o literaria—, ante las cámaras televisivas del mundo, evidenció que nunca en su vida ha abierto un libro: condenó como subversivas obras fundamentales del acervo literario del país. (Delitos de Lesacultura: Helen Umaña: 2009).
Despido del Viceministro de Cultura Salvador Suazo miembro de la etnia garífuna y encargado en la SCAD de emprender proyectos en materia de diversidad cultural. Acto que se convierte en violación de los derechos de los pueblos indígenas y afrodescendientes a ser partícipes de los procesos de democratización. Despido ilegal de personal técnico en Direcciones estratégicas de la Secretaría de Cultura como la Dirección General del Libro y el Documento (Rebeca Becerra-Directora General, Nathalie Roque- Directora de la Hemeroteca Nacional), Dirección de Planeamiento y Evaluación-(Isadora Paz-Directora General). Cancelación de la participación de Honduras como país invitado al Festival del Caribe: Fiesta del Fuego en Santiago de Cuba, donde habría una representación de 200 personas incluyendo grupos étnicos, cultura popular, artistas y escritores. Declaración de Myrna Castro a la prensa internacional que las 136 bibliotecas públicas que integran la Red Nacional de Bibliotecas Públicas dependencia de la Dirección General del Libro y el Documento han sido financiadas con fondos del ALBA y que son foco de diseminación del pensamiento socialista o comunista.
Hasta acciones para militarizar la Antigua Casa Presidencial, monumento de patrimonio nacional con el fin de montar un centro de operaciones para los reservistas en caso de guerra civil; edificio donde actualmente funciona el Centro Documental de Investigación Histórica de Honduras conformado por el Archivo Nacional de Honduras (Dependencia de la Dirección General del Libro y El Documento), la Biblioteca Especializa y el Archivo Etnohistórico del Instituto Hondureño de Antropología e Historia. Se han obstaculizado todos los proyectos destinando los fondos para la contratación de activistas políticos carentes de conocimiento sobre la labor que desempeñaba la Secretaría de Cultura. Cancelación de las campañas de promoción a la lectura a través del proyecto del Bibliobús. Cancelación de la organización de 6 bibliotecas públicas en diferentes departamentos del país. Cancelación de las publicaciones de la Editorial Cultura. El último paso canallesco es el Despido ilegal del Dr. Dario Euraque-Gerente del Instituto Hondureño de Antropología e Historia-IHAH.
Si el Golpe de Estado no se revierte en un tiempo estimado permitirá socavar las instituciones culturales y los generadores de cultura, confiamos que la enculturación en nuestros pueblos étnicos y la cultura popular encuentre la fuerza necesaria para sobrevivir ante este proceso que cada día se agudiza más. La cultura hondureña siempre ha estado agraviada por los procesos invasivos, políticos, económicos e ideológicos; ha sufrido la fatalidad que ha sufrido nuestra historia.
Pueden echar mano de la institucionalidad de la cultura pero jamás de la actividad creativa de los y las artistas: la actitud de pensar y de soñar, armas peligrosas para la dictadura.
Rebeca Becerra, poeta hondureña.
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